El partido de ida de la semifinal de la Copa Libertadores, entre Boca y Santos, terminó igualado a cero tantos, los dos equipos no se hicieron daño y la clasificación queda abierta para que cualquiera de los equipos pase a la gran final, el encuentro resulto soso, aburridor, sin mayores emociones, lo rescatable es no tener público en las tribunas para que no terminen bostezando.
Lo cuestionable es la decisión del famoso VAR, en una jugada polémica de penalti donde el defensor de Boca Juniors, Carlos Izquierdoz cruzó y sacó del camino al delantero del Santos Marinho, que el árbitro Roberto Tobar no lo pitó y los jueces del VAR encabezados por el paraguayo Juan Gabriel Benítez, se hicieron los de la vista gorda para curarse en salud.
Este tipo de acciones son las que acaban con el espectáculo y les bajan la moral a las cuatro letras, los señores de los entes que rigen estos encuentros, de la Conmebol, la FIFA tienen que tomar cartas en el asunto, sancionar y sacar de por vida a estos señores que por congraciarse y alcanzar favores desequilibran la balanza y la inclinan al equipo de su preferencia.
Esta clase de corrupción tiene que erradicarse del fútbol, ahora que no salgan con pinches comunicados que van a revisar y analizar y no pasa nada, les alcahuetean las cosas a estos bárbaros protagonistas del campo, las cosas hay que corregirlas a tiempo antes de que ocurra hechos que se tengan que lamentar, recuerden que esta clase de encuentros mueven grandes sumas de dinero en apuestas y que no vaya a pasar que un apostador dolido, con ira y con sed de venganza por las decisiones de estos señores les vayan a dar unos cuantos jalones de orejas por colocarla más simple de entender.
Están en la obligación de acabar con estas cosas que empañan el buen nombre del fútbol, las cosas se cambian o se cambian y no estar pasando por alto todas estas acciones de personas que les importa un pepino el trabajo de los equipos y se inclinan a favorecer a equipo de sus camaradas, nunca es tarde para tomar correctivos y enderezar el camino torcido que muchas personas lo han llevado.