La vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, fue condenada 6 años de prisión por un tribunal penal en Argentina, por el delito de administración fraudulenta durante los 12 años que gobernaron ella y su difunto marido, el expresidente Néstor Kirchner, de 2003 – 2015.
Pero fue absuelta del cargo de ser jefa de una asociación ilícita, además la sentencia la inhabilitaa ocupar cargos públicos de por vida, el fallo no supone que la vicepresidenta entre inmediatamente a la cárcel, ya que primero debe ser ratificado por la Cámara de Casación y la Corte Suprema, lo que podría tardar años, porque goza de fueros que impiden que sea arrestada hasta el 10 de diciembre de 2023, cuando concluye su mandato, con el agravante de que puede presentarse a elecciones para un nuevo cargo en los comicios del año próximo, lo que podría extender su inmunidad e impunidad.
Los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola manifestaron, los Kirchner instalaron y mantuvieron en el seno de la administración nacional y provincial de Santa Cruz una de las matrices de corrupción más extraordinarias que, lamentablemente y tristemente, se hayan desarrollado en el país.
Austral Construcciones recibió licitaciones para construir 51 obras, el 79% de las obras de la provincia de Santa Cruz durante el período en el que los Kirchner gobernaron el país.
Todas las licitaciones fueron una farsa. Hubo una cartelización organizada por el Estado nacional. El estimando que la maniobra de corrupción perjudicó al Estado por más de US$1.000 millones, el dinero tiene que ser decomisado de los bienes de los condenados.
Cristina Fernández de Kirchner declaró, Este tribunal, el del lawfare, seguramente tiene la condena escrita. No me interesa, a mí me absolvió la historia, me va a absolver la historia. Y a ustedes, seguramente, los va a condenar la historia.
Bien por los fiscales que se fajaron y decidieron dictar justicia a esta corrupta, hay que cuidar a estos señores no vaya a ser que sean suicidados para darle un nuevo curso a este proceso, la justicia debe prevalecer ante todo, no importa quien sea, el que la hace se le tiene que castigar y confinarlo en mazmorras de donde nunca más salga, hay que ser firmes con el delito y no estar vendiéndose por el vil metal, tienen que pensar en el legado que dejan a las futuras generaciones, que la historia les cuente lo valientes que eran los jueces que se enfrentaban sin miedo a las familias dominantes que gobiernan los países.
