En el encuentro entre el Tottenham y el Chelsea, los aficionados comenzaron a corear cánticos racistas contra Antonio Rüdiger futbolista alemán de origen sierraleonés, juega como defensa central del Chelsea, que le decían mono cada vez que tocaba el balón, ante lo ocurrido el capitán del Chelsea, César Azpilicueta, informó al árbitro Anthony Taylor de lo que estaba pasando este advirtió de la megafonía en tres ocasiones que si continuaban con su comportamiento racista esto interfería en el juego, los aficionados hicieron caso omiso y el juego continuó, a pesar de la normas de la UEFA que dice que si se hacen tres indicaciones el partido se suspende y los jugadores tienen que abandonar el terreno de juego.
Las cosas que pasan, esto del racismo es de nunca acabar, ya que hay personas que se creen que por el color de la piel son superiores a otros, lo que no tiene explicación es cómo este árbitro sabiendo las normas dejó que el encuentro continuara, una persona sin carácter, se lo tiene que castigar, que no tiene valores éticos a la hora de tomar decisiones le faltaron huevos.
A las personas que se creen los grandes dioses que levitan porque tienen dinero, fortuna, y miran por encima del hombro a los terrenales, recuerden que son simples humanos que la sangre es roja y que los huesos son blancos y que todos van para el mismo, por ello tiene que más persona.